lunes, 14 de junio de 2010

Nos compete...

Lo que nos compete hoy, es ver como todas estas estructuras nos permitan elaborar intervenciones con los niños, más humanizadas, que no olviden que el niño es sujeto de derechos y sobre todo un ser humano como cualquier otro(aunque más vulnerable por su condición de niño). Saber que el niño de la calle se vio obligado a forjar su subjetividad e identidad en la calle o en la miseria, y lo cual es un proceso muy difícil de revertir. Ya que las tienen muy arraigadas.

Entonces nos hallamos ante un desafío(pertinente también al trabajo social) de que para brindarle protección, comprensión, afecto y mejores condiciones de vida, estás serán necesidades que deberemos volver a crear en el niño, en contraposición a la identidad elaborada en la calle. Sin olvidar rescatar la historia de los niños que estos tienen un origen que merece ser contado por más que provenga de condiciones extremas de miseria, tratando de establecer vínculos con su familia, comunidad, por que en cierta manera son parte de él y no penalizarlo y encerrarlo por un destino que seguramente él no eligió.

Problemas que presentan los niños de la calle



Salud física: los traumatismos y algunas infecciones(parasitosis), son más las más comunes entre los chicos de la calle. El 80% usa droga regularmente, las más frecuentes usadas son los adhesivos de contacto(tipo poxiran) muchas veces para matar el hambre, iniciándolos así en la droga, siguiendo en frecuencia la cocaina y la marihuana. La actividad sexual comienza a edades tempranas, los embarazos en adolescentes son muy frecuentes.

Salud Mental: Los niños realizan actividades intermitentes. Lavar o cuidar autos, venta ambulante, pedir limosna, robar o caen la prostitución. Algunos forman bandas que presentan una estructura de tipo jerárquico, pero la mayoría forman grupos menos estables y con roles menos definidos, y consecuentemente más adaptables a los problemas de la calle.

Muchos son correos para pequeñas dosis de drogas, que son pagadas con un sándwich y la cuota de pegamento o marihuana.
En América Latina, el periodismo, policía, justicia, negocios y la sociedad en general, consideran a los niños de la calle como un grupo irredimibles de delincuentes, que representan una amenaza moral para la sociedad civilizada.

Frecuentemente los niños callejeros viven momentos en los que desean dejar la vida en la calle. Sin embargo, el arraigo que tienen a la vida en la calle es muy fuerte y les ha generado un deterioro físico y emocional que no les permite proyectarse a futuro y tomar la decisión de modificar su vida. Si llegan a tomar esta decisión en un momento de crisis, es muy poco probable que logren mantenerse fuera de la calle por más que unas cuantas semanas o meses. Esto se manifiesta claramente en la itinerancia de los niños callejeros a través de diversas instituciones sin lograr establecerse en ninguna de ellas.

sábado, 12 de junio de 2010

La vida.Su corta vida les ha enseñado las cosas feas, lo negativo, los vicios y lo peor de la vida, la carencia absoluta de amor, niños que no sueñan, no juegan, no viven, sobreviven.

Se encuentran indefensos, son discriminados y señalados de manera general como delincuentes, la mayoría de estos niños que viven en la calle ya tienen un historial de violencia y de abandono.Es necesario que el gobierno apoye los proyectos que luchan por rescatar los niños y niñas de la calle y recuperen el camino hacia una vida más digna de la que son merecedores, no olvidemos que los niños(as) son el futuro del mundo.

La vida que ellos enfrentan

Los motivos que llevan a los niños a la calle son muchos, pero un motivo central es jugado por las adversas realidades socioeconómicas en que viven millones de familias al nivel global y la desintegración de los lazos familiares. En América Latina, por ejemplo, muchos de estos niños nacen de madres solteras, pobres o abandonadas. La situación conlleva, además, abuso físico y emocional por parte de los padres, generalmente padrastros o padres de paso. Los niños escapan y toman las calles donde viven eventualmente con otros chicos con quienes forman unidades sociales jerárquicas y relativamente cerradas. Otro caso es aquel donde todos los hermanos huyen del hogar y viven juntos en la calle bajo el liderazgo del hermano mayor.

En Caracas muchos niños buscan sitios para dormir (las denominadas cuevas o caletas) donde la policía no habrá de molestarlos. Así mismo, los niños están expuestos a contraer enfermedades como afecciones respiratorias, de transmisión sexual y crecientemente SIDA. También sufren de desnutrición aunque no tan aguda como aquella que sufren los niños que viven en hogares pobres. A diferencia de éstos, los niños de la calle se benefician de su detallado conocimiento de la ciudad y de sus contactos y relaciones para conseguir alimento. En el caso de la prostitución, siempre está presente la posibilidad de embarazos no deseados y las complicaciones subsiguientes. Un problema adicional de salud que deben enfrentar los niños de la calle deriva de su adicción a las sustancias como la goma de zapatero, que les ofrece un escape de la realidad a la vez que les reduce el hambre.