lunes, 14 de junio de 2010

Nos compete...

Lo que nos compete hoy, es ver como todas estas estructuras nos permitan elaborar intervenciones con los niños, más humanizadas, que no olviden que el niño es sujeto de derechos y sobre todo un ser humano como cualquier otro(aunque más vulnerable por su condición de niño). Saber que el niño de la calle se vio obligado a forjar su subjetividad e identidad en la calle o en la miseria, y lo cual es un proceso muy difícil de revertir. Ya que las tienen muy arraigadas.

Entonces nos hallamos ante un desafío(pertinente también al trabajo social) de que para brindarle protección, comprensión, afecto y mejores condiciones de vida, estás serán necesidades que deberemos volver a crear en el niño, en contraposición a la identidad elaborada en la calle. Sin olvidar rescatar la historia de los niños que estos tienen un origen que merece ser contado por más que provenga de condiciones extremas de miseria, tratando de establecer vínculos con su familia, comunidad, por que en cierta manera son parte de él y no penalizarlo y encerrarlo por un destino que seguramente él no eligió.

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